Por qué un Estado Secular no Funciona: Una Perspectiva Conservadora y Reformada


Por: Josué David Zapata-Vázquez, ConservadoresPR.org

Charles Spurgeon, predicador inglés del siglo XIX, famoso por sus sermones que hasta la monarquía y los políticos iban a escucharle.

Introducción

Aquí en Puerto Rico, siempre hay debate sobre cómo debe ser la relación entre el estado y la religión. Como seminarista fiel a mi cosmovisión les presentaré este escrito desde una perspectiva conservadora y reformada. Tomé inspiración mientras leía el sermón «Todo para Jesús» de Charles Spurgeon y ya que soy profesor de apologética presuposicional, estaré defendiendo la tesis de que insistir en un estado secular no encaja con una sociedad justa y estable.

Además, exploraremos cómo la separación de la iglesia y el estado buscaba proteger a la iglesia del control del estado, no al revés. Demostraremos que un gobierno basado en los Diez Mandamientos se convierte en un gobierno estable. También hablaremos de cómo los creyentes que viven en una democracia deben tener la oportunidad de vivir como embajadores, peregrinos y extranjeros, siendo sal y luz, preservando e iluminando donde vivan manteniendo sus límites claros.

Revolución Francesa vs. Revolución Americana

La Revolución Francesa vs. la Revolución Americana

La Revolución Francesa quiso crear una sociedad sin Dios, y terminó en caos y violencia. En cambio, la Revolución Americana reconoció a Dios como la fuente de derechos inalienables y estableció un gobierno más estable y ético. Esto muestra que integrar principios religiosos en la fundación del estado puede dar una base más sólida y justa.

La Constitución de los Estados Unidos menciona a «Dios Todopoderoso» en varios contextos, reconociendo la influencia de la moralidad religiosa en la vida pública. Igualmente, la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico menciona: «Invocando la protección de Dios Todopoderoso» en su preámbulo.

La Falacia de la Neutralidad

La apologética presuposicional dice que no existe la verdadera neutralidad en la vida. Cada decisión gubernamental está influenciada por creencias y valores. Un estado que dice ser secular en realidad excluye la religión, adoptando una postura que no es neutral. Esto es importante porque las leyes y políticas deben tener una base moral consistente para evitar el relativismo y la inestabilidad.

Abraham Kuyper, teólogo y político neerlandés, influyó en la teología reformada y la política.

La Soberanía de Dios en Todas las Esferas de la Vida

La Soberanía de Dios en Todas las Esferas de la Vida significa que Dios tiene el control y la autoridad sobre todo en nuestra vida. No importa si es algo personal, social, político, económico o espiritual, la idea es que las enseñanzas y la influencia de Dios deben guiar todo lo que hacemos. Es decir, su voluntad importa en todos los aspectos, no solo en la iglesia, sino también en el hogar, el trabajo, la comunidad y hasta en el gobierno.

Spurgeon decía que «nada es secular; todo es sagrado». Esto refleja la creencia en la soberanía de Dios sobre todas las áreas de la vida, incluyendo el gobierno. Abraham Kuyper dijo: «No hay un solo centímetro cuadrado en toda la esfera de nuestra vida humana sobre el cual Cristo, quien es soberano sobre todo, no exclame: ¡Mío!». Esto significa que las políticas y leyes deben alinearse con los principios divinos para ser justas.

La Protección de la Iglesia contra el Estado

La separación de la iglesia y el estado en la tradición americana fue para proteger a la iglesia del control del gobierno, no para eliminar la influencia de la moralidad religiosa en el ámbito público. John Gresham Machen, un defensor de la fe reformada, decía que el cristianismo proporciona la base moral necesaria para la libertad y la justicia en la sociedad. Sin esa base, el estado corre el riesgo de caer en el relativismo moral y la opresión. Machen decía: «El verdadero significado de la libertad religiosa no es la separación de la iglesia y el estado para proteger al estado de la religión, sino para proteger a la iglesia del estado» (Christianity and Liberalism, p. 24).

John Gresham Machen, teólogo presbiteriano, defendió la ortodoxia cristiana contra el liberalismo teológico.

Machen entendía que los creyentes individuales tenían la responsabilidad de influir en el ámbito público con sus convicciones y valores morales. Sin embargo, la iglesia como institución no debía convertirse en un lobby político. Esto es porque Machen veía la misión principal de la iglesia como espiritual, enfocada en la proclamación del evangelio y la transformación de vidas a través de la fe en Jesucristo. Pero la iglesia no debe nunca abandonar su voz profética y no amedrentarse ni tener miedo de condenar lo que está mal sin perder de vista su misión principal y sin comprometer su testimonio.

En resumidas cuentas, Machen sostenía que el cristianismo ofrece una base moral indispensable para la libertad y la justicia, y sin esa influencia, la sociedad corre el riesgo de caer en el relativismo moral. De esta manera, la acción política de los cristianos sirve como un contrapeso necesario para mantener los principios fundamentales que sostienen una sociedad justa y libre.

Algunos como los Amish en cambio entendieron que alejarse del mundo, de manera literal en varios aspectos, era necesario para preservar su fe y tradiciones, evitando la tecnología y las influencias modernas.

La Perspectiva del Creyente como Embajador, Peregrino y Extranjero

Desde la perspectiva cristiana, los creyentes son embajadores de Cristo, peregrinos y extranjeros en este mundo. Esto significa vivir de manera que sean sal y luz, preservando e iluminando la sociedad en la que se encuentran, reflejando los principios y valores divinos en todas sus acciones. En la teología reformada se reconoce que hay lo sagrado y lo profano, pero eso no puede ser usado para tomar una posición escapista.

Hubo una época en Puerto Rico en la que algunas personas dejaron de ir a las universidades, abandonaron sus trabajos, tiraron sus televisores a los ríos y quisieron “alejarse del mundo”, pero se olvidaron que alejarse del mundo según la Biblia es alejarse del pensamiento que está en rebelión contra Dios. Cuando a los creyentes en la historia se les enseñó que no debían participar de lo que era pensado como secular, cedieron espacio en la política, en las universidades y en los trabajos, permitiendo que el pensamiento anticristiano llenara esos espacios y trayendo la receta para el desastre.

El principio de aislarse completamente de la sociedad es contrario a la fe cristiana. La realidad de que la perfección será en el final de los tiempos con el Rey Jesucristo no quita nuestra responsabilidad de involucrarnos en la política de nuestro país y hacer un voto informado, un voto con conciencia basado en una cosmovisión cristiana y conservadora. Siempre teniendo en mente que ningún ser humano que se ofrezca en una elección para ser funcionario por más honesto que parezca sigue siendo pecador y nunca podrá hacer todo perfectamente bien en esta vida. Solo Cristo logrará la perfección en su Segunda Venida. Lo importante es que tenga su mirada puesta en el galardón que nadie le podrá quitar y en Áquel que le puede dar la sabiduría para gobernar.

El monumento con los Diez Mandamientos, en el Capitolio del Estado de Oklahoma, tuvo fallos en el Tribunal Supremo de Oklahoma en el 2015 para ser removido.

Implicaciones para el Gobierno

Un estado secular que rechaza la soberanía de Dios puede acabar con una moralidad que cambia como sopla el viento, lo que lleva a la injusticia y a decisiones inconsistentes. Esto pasa porque, sin una base moral firme, lo que es correcto o incorrecto puede variar según las opiniones y las modas del momento. Así, lo que un día se considera ético, al siguiente puede no serlo, creando confusión y falta de estabilidad en la sociedad. Un ejemplo de eso son los regímenes autoritarios y tiránicos cuya base se encuentra en la opinión de su dictador.

Cuando reconocemos una base moral común influenciada por los Diez Mandamientos, logramos una cohesión social más fuerte y una guía ética más firme. No queremos un gobierno corrupto que robe, “No robarás”. No queremos familias disfuncionales “No adulterarás”. No queremos políticos mentirosos ni sistemas judiciales que juzguen con mentira, “No mentirás”. No queremos violencia ni asesinatos en las calles, “No matarás”. Estos principios no se imponen para obligar a nadie a seguir una religión específica, sino para mantener valores universales que benefician y dan estabilidad a toda la sociedad.

Esto beneficia tanto a creyentes como a no creyentes, porque todos se benefician de vivir en una sociedad donde hay respeto mutuo y compromiso con un bien común. Tener los Diez Mandamientos como guía, la sociedad puede mantenerse más estable, evitando que la moralidad cambie constantemente según las modas o presiones del momento.

Conclusión

Un estado secular, que intenta eliminar a Dios del ámbito público, puede llevar a la inestabilidad y a una moralidad variable. En contraste, un estado que reconoce una base moral común influenciada por los Diez Mandamientos promueve una sociedad justa y ética. La separación de la iglesia y el estado debe proteger a la iglesia del control gubernamental, pero permitiendo su influencia positiva. Como embajadores, peregrinos y extranjeros, los creyentes están llamados a ser sal y luz, preservando e iluminando donde vivimos, reflejando los principios del Reino de Dios, sin caer en circos políticos. Ningún líder humano es perfecto; solo Cristo traerá la perfección en los Cielos Nuevos y Tierra Nueva.

Referencias

Kuyper, Abraham. Lectures on Calvinism. Grand Rapids: Eerdmans, 1931.

Machen, John Gresham. Christianity and Liberalism. Grand Rapids: Eerdmans, 1923.

Spurgeon, Charles Haddon. «All for Jesus.» The Spurgeon Library. Accessed August 1, 2024. https://www.spurgeon.org/resource-library/sermons/all-for-jesus/#flipbook/.

Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Accessed August 1, 2024. https://www.constitucionpr.com.

Constitución de los Estados Unidos. Accessed August 1, 2024. https://www.archives.gov/founding-docs/constitution.


Josué David Zapata-Vázquez, estudió Ingeniería en la Universidad de Puerto Rico – Recinto de Mayagüez y trabaja como analista de negocios de TI en Medtronic. Posee una Maestría en Estudios Cristianos del Southeastern Baptist Theological Seminary y es profesor de Apologética Reformada del Seminario Reformado del Caribe. Josué David se describe a sí mismo como un cristiano salvado por la gracia de Dios. Es esposo de Catherine Marie y padre de Amanda Ester y Victoria Sofía. Sus intereses abarcan la música, la lectura de libros de teología, el ajedrez y la tecnología.


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